LENGUAJE Y FRANCÉS

 

Description des personnages


CRISTÓBAL COLON: Il a les yeux bruns et les cheveux bruns, sur la tête il a un chapeau de capitaine noir, il porte également une combinaison bleu clair et bleu, il est grand et mince.


FELIPA MONIZ: Elle a les cheveux noirs et les yeux bleus, elle porte une robe jaune et noire, 
elle est petite et grosse.


DIEGO COLON: Il a les cheveux blonds et les yeux bleus, il porte un costume noir, il est petit et gros.



Cristóbal Colón y su romance con Felipa

Cristóbal Colón, un aventurero navegante. Por otro lado, Felipa, una joven delicada y fuerte.

Su romance empieza un domingo del año 1479, en el que Cristóbal Colón se dirigía al Monasterio de los Santos a escuchar misa. En el mismo lugar se alojaba Felipa. Ellos no sabían que ese día cambiaría sus vidas.

Cristóbal y Felipa se tropezaron en el jardín del monasterio después de que la misa finalizó. Cristóbal no podía creerlo, tenía frente a él a la mujer más hermosa que habían visto sus ojos. Algunos decían que fue amor a primera vista. Felipa se disculpó por el tropezón y abandono el lugar, dejando así a Cristóbal cautivado por su belleza.

Con el pasar de los días, Cristóbal no dejaba de pensar en aquella muchacha y esperaba con ansias que llegue el domingo para regresar a misa y volver a verla. Esta vez planeaba acercarse y preguntarle su nombre.

Llegó el día y se vistió con su traje más elegante, compró 5 girasoles para Felipa. Cristóbal llegó a misa, pero no estaba concentrado, él solamente pensaba en encontrar a aquella muchacha que no salía de sus pensamientos.

Nuevamente, al finalizar la misa, él se dirigió al jardín con la esperanza de encontrarla y así fue, ella estaba ahí, cabizbaja y pensativa.

Cristóbal se acercó a Felipa y con el mayor respeto y cortesía le dijo que deseaba ofrecerle su amistad. Felipa accedió, sorprendida con la caballerosidad de tan distinguido señor.

Cruzaron unas pocas palabras, Cristóbal le entregó los girasoles que había comprado para ella y le dijo que vendría a visitarla cada domingo.

Felipa se sintió muy alagada con las flores que Cristóbal le regaló y las conservó en un florero durante toda la semana.

El domingo siguiente, Cristóbal invitó a Felipa a tomar un té después de la misa. Esta vez el diálogo fue más extenso y pudieron conocerse mejor. Felipa le comentó que había venido de su país para trabajar como voluntaria en el Monasterio. Estaba sola sin sus padres y hermanos. Fue allí que Cristóbal entendió por qué siempre la veía cabizbaja. Felipa extrañaba mucho a su familia.

Pasó el tiempo y Cristóbal decidió declararle su amor a Felipa. Ellos se habían convertido en muy buenos amigos. Cristóbal le tenía mucha confianza y le había comentado sobre sus planes, sus viajes y sus proyectos. A ella le emocionaba mucho escuchar las historias de sus aventuras y le demostraba su apoyo cuando le contaba lo que tenía planificado hacer.

 

Felipa se sentía muy feliz cuando compartía con Cristóbal. Continuaron con su relación y a pesar de los altibajos se mantenían juntos. Unos meses después, tomaron la decisión de contraer matrimonio.   

Cristóbal conoció a los padres y hermanos de Felipa en un viaje que planificaron para anunciar su compromiso. La familia apoyó la decisión que habían tomado e iniciaron los preparativos para la boda.

Un año después, fruto de este amor, nació Diego Colón, primogénito de Cristóbal Colón y Felipa Moniz.

El nacimiento de Diego trajo mucha alegría a la pareja y a la familia en general.

Lamentablemente, su felicidad no duró mucho tiempo, puesto que cuatro años después del nacimiento de su hijo, Felipa cayó enferma.

Cristóbal buscaba con desespero la cura para la enfermedad de su amada, pero ningún remedio funcionaba. Recorrieron varios lugares y visitaron diferentes médicos que decían podían ayudarles con su mal. Nada funcionó.

Felipa Moniz falleció tempranamente debido a dicha enfermedad cuando su hijo Diego apenas acababa de cumplir cuatro años.

Este hecho lamentable enlutó a la familia. Cristóbal Colón sufrió la pérdida de su esposa y se quedó solo con su primogénito.

 





No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Proyecto quimestral individual

Colegio Frances de Quito Agatha Vallejo 9no A